Es una pena que en el alumbrado público de Albacete se use la luz blanca cuando la dorada es mucho más agradable y acogedora. Las ciudades más importantes del mundo están usando la luz dorada.
Y en el alumbrado de Navidad el Ayuntamiento ha hecho lo mismo. La enorme diferencia de ambos tipos de luz puede verse en el Altozano y el P° de la Libertad. Los arboles del Altozano se han iluminado con luz blanca, que es fría, tétrica y mortecina. Los del P° de la Libertad con luz dorada, que es cálida, acogedora y preciosa. Es muy instructivo ir una noche para ver la gran diferencia.
Cuando la iluminación es baja, como ocurre en los alumbrados públicos, la temperatura de color de las lámparas empleadas debe ser baja, es decir, debe usarse luz cálida, dorada. Así lo establece el diagrama de Kruithof, fruto de la experimentación con miles de personas. El ojo humano ve como naturales todas las luces que tengan alta temperatura de color solo si su intensidad luminosa es muy alta, que no es el caso, y baja temperatura de color si su intensidad es baja. Y ve como antinaturales y molestas las luces de alta temperatura de color cuando es baja la intensidad lumínica, como ocurre en los alumbrados públicos.
Por todo ello, con la baja intensidad de luz usada en el alumbrado público la temperatura de color más natural y adecuada debe ser de unos 2.500 K y nunca superior a 3.000 K. Véase el efecto de distintas temperaturas de color en la foto.
Es una pena que el Ayuntamiento esté dejando triste y mortecina la ciudad por la noche con la luz blanca, con lo bonita y cálida que quedaría iluminada con luz dorada…
Juan Andrés Gualda Gil
Doctor Ingeniero Industrial
Jefe del Servicio de Energía y Medio Ambiente de la Diputación de Albacete. Jubilado