Tal como reflejan estos datos sobre el gasto sociosanitario abordado por las comunidades autónomas para hacer frente a los efectos del coronavirus, en Castilla-La Mancha el impacto derivado de la COVID-19 durante el pasado mes de agosto alcanza los 260 millones de euros, según ha informado la Junta en nota de prensa.
Esta cifra en términos relativos supone que Castilla-La Mancha está dedicando a combatir la pandemia el 0,63 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB).
Este porcentaje está muy por encima del que de media destina el conjunto de las regiones, que en el mes de agosto se situó en el 0,39 por ciento.
Por tanto, y de acuerdo con los datos del Ministerio de Hacienda, el Gobierno autonómico vuelve a ser en agosto el que mayor esfuerzo sobre su PIB realiza a nivel nacional para combatir el virus, han destacado desde la Junta.
A esto hay que sumar que Castilla-La Mancha ha sido la región que más fondos procedentes de la Política de Cohesión Europea ha reprogramado para reforzar su sistema sanitario durante la pandemia, con 308 millones de euros.