En los próximos días se podrá conocer los nombres de los seis grupos finalistas una vez se reúna el jurado y haga escucha de las maquetas presentadas, según ha informado el Ayuntamiento en nota de prensa.
El grupo que resulte ganador recibirá un premio de 5.000 euros para la grabación y edición de un disco completo. El trabajo premiado en segundo lugar recibirá 1.000 euros y para el tercer premio se ha establecido una dotación de 500 euros. Los demás finalistas recibirán 250 euros de premio.
Entre los seis finalistas seleccionados se otorgarán además dos accésits, uno de 150 euros a la mejor canción y otro de 150 euros al mejor instrumentista, ambos premios patrocinados por Klavier y Musical Albéniz.
Hay además un Premio Especial Joven para músicos de entre 14 y 30 años, de 1.000 euros. En total, son 8.000 euros los que se reparten en premios entre los grupos participantes.
En dicha final se podrá disfrutar del grupo albaceteño 'Los Fabiolas' formado en 1984, compuesto por Jesús Villar (guitarra), Juan Andrés Villena (voz), Miguel Guardia (bajo) y Pepe Belmonte (batería) inicialmente. Poco después se uniría Miguel Ángel Espinosa (guitarra).
Todos eran veteranos de la ya entonces asentada "movida nacional/local". Jesús Villar había estado en Andrade, Los Hijos de Sánchez, Padres de Mayo o Los Dedos; Miguel Guardia, en Cortejo Fúnebre, Padres de Mayo o Los Dedos; Juan Andrés Villena, el cantante, en Años Marcianos y Pepe Belmonte, el batería, en Los Hijos de Sánchez. Miguel Ángel Espinosa, fino estilista de la guitarra, llegaba de Franky- Franky y, antes, de Atlanta.
En su primera maqueta casera, 'Mi familia', grabada en 1984, ya se vislumbraba algo de su espontaneidad, de su reconocida frescura, de su perseverante invitación al baile y a la fiesta.
Guitarras sesenteras y riffs de Keith Richards o Ray Davies, mezcladas con una base sobria y eficaz. Su característica fundamental es que sonaron siempre como grupo, con ideas, con estructuras. La compañía Dro les hecho el guante. Lo hizo para que no se lo llevara otra y tener un "banquillo" en condiciones. Ni les promocionaron ni se preocuparon por ellos y, por tanto, nadie se comió el pastel. Un bombón que levantaba las neuronas.
Dejaron dos impecables discos, 'Cantando en Español' (1990), editado por Discos Medicinales de Castellón, y 'Perdón por Nada' (1992), editado por Dro, y un sinfín de conciertos magistrales. Se les recuerda con nostalgia, al fin y al cabo, no hace tanto tiempo de su separación.